Sesión productor con fondo neutro con Ángel Lumbreras.

La composición musical tiene parte de arte y parte de ciencia. Requiere un trabajo arduo que puede resultar simple y fluido, pero que también se puede profundizar y volver todo lo complejo que queramos. Requiere mucho tiempo de investigación, prueba, error y reposo de ideas. Si además añadimos el factor producción a la ecuación todavía se vuelve un proceso más complejo pues no sólo hay que elegir las notas, las armonías, el ritmo y las texturas si no también tomar decisiones en cuanto a la mezcla, la ecualización, las automatizaciones y en definitiva la estética final del sonido. Ambas facetas juegan juntas para desencadenar en el oyente un torrente de emociones. E igual de simple y complejo puede ser un esquema de iluminación… ¿Una luz? ¿Dos? ¿Reflectores? ¿Rebotes? ¿Cortar? ¿Uso fresnel o softbox con grid? ¿Qué quiero transmitir?